Ejercicio y Diabetes: Comienza con el pie derecho

Comparte esta nota en
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

Si bien realizar ejercicio es bastante beneficioso para las personas que padecen diabetes permitiendo reducir las tasas de glucosa en sangre y, por consiguiente, ayudar a mantener controlada la enfermedad, debe realizarse con precaución, ya que el ejercicio físico, si se toman las debidas precauciones puede tener importantes efectos adversos en relación con el metabolismo de la glucosa.

Por lo tanto hay una serie de recomendaciones que todas las personas diabéticas deben seguir cuando deciden hacer ejercicio:  

  • Controlar los niveles de glucosa en sangre antes y después del ejercicio.
  • Cumplir con el tratamiento farmacológico, sea éste con insulina o con otros fármacos y consultar con el médico por si es necesario modificar la dosificación en función de la intensidad del ejercicio que se va a realizar. Esto último es especialmente importante en personas que utilizan bombas de insulina.
  • Antes de emprender la práctica de ejercicio hay que esperar el tiempo necesario para que la insulina o el fármaco sean metabolizados correctamente.
  • En cuanto a la alimentación, no hay que ejercitarse sin haber comido antes, aunque sea un tentempié y, si el ejercicio es intenso y prolongado, se deberá comer algo y beber agua durante el transcurso del mismo. Por supuesto, también después de haberlo realizado. 
  • También hay que saber cuándo se debe parar. Se debe reconocer los síntomas que se producen en situaciones de hipoglucemia (sudor excesivo, mareo, debilidad, temblores, ansiedad, dolor de cabeza, hambre, estado de confusión o pérdida de concentración) e hiperglucemia (mucha sed, necesidad de orinar, agotamiento o visión borrosa.

Pero lo más importante es que puedas acudir a un especialista que pueda orientarte para dar inicio con él pie derecho alguna nueva práctica deportiva, de manera que tenga un impacto positivo en nuestra salud.